Catalogación de la obra
Nº Catálogo
1798-ARQT
Fecha de construcción
01/01/1975
Tipología
Arquitectura
Denominación
Facultad de Biología
Cronología
Desde
1971
hasta
1975
Tema iconográfico
El edificio se sitúa en la esquina nordeste del jardín del campus, formalizando el encuentro entre la avenida Reina Mercedes y la calle Profesor García González. Atendiendo al carácter articulador del jardín del campus, el edificio dispone su fachada principal hacia este espacio al Sur, ofreciendo su trasera, al Norte, hacia la calle Profesor García González, desde la que se produce un acceso secundario. Rompiendo la lógica de implantación en el campus, la Facultad de Biología avanza su alineación sobre la avenida de Reina Mercedes, agotando prácticamente todo el espacio disponible. Hacia la calle Profesor García González, esta separación respecto a la alineación aumenta, permitiendo la plantación de una breve hilera de naranjos.
El edificio muestra hacia el exterior una gran compacidad, recurriendo a planteamientos tipológicos que resultan completamente novedosos en el campus en el momento de su construcción. Así, renuncia al establecimiento de pabellones o a la asociación con planteamientos de edificación abierta, para adoptar un modelo más compacto, articulado en torno a patios. El edificio consta de dos piezas principales simétricas, de cinco plantas de altura, de planta cuadrada de dimensiones aproximadas de 35x35 metros, que quedan unidas a través de la pieza de escaleras y ascensor, de seis plantas de altura y asomada a la fachada Sur.
Cada una de las dos piezas principales cuenta con una estructura porticada de hormigón armado, que alterna las grandes luces de 11x11m con luces convencionales de 5,5x5,5 metros según los requerimientos del programa. Esta retícula es la que permite definir en el centro de la planta de cada pieza principal un patio de dimensiones 11x11 metros, aunque por la relación que establece con los elementos de comunicación vertical y la disposición de las estancias que a él se vuelcan, ha recibido, en su uso cotidiano, un tratamiento de patio de luces. El volumen construido queda organizado a través de un corredor central, que distribuye alternativamente estancias al patio y a la fachada exterior del edificio.
Esta organización, absolutamente pragmática, es reforzada con el tratamiento de las fachadas, en las que se concentra el paso de las instalaciones necesarias para el funcionamiento del edificio, satisfaciendo en especial las demandas requeridas para los laboratorios.
El edificio se eleva sobre un basamento de un metro de altura, configurado en forma de talud revestido con cantos rodados. Sobre el basamento, se elevan las cinco plantas del edificio, cuya fachada queda revestida con piezas cerámicas vidriadas de color verde. Estas piezas, de proporción rectangular alargada, se disponen horizontalmente.
La fachada muestra en su volumetría general un juego de cambios de plano que surge como resonancia de la idea original el proyecto, de concentrar en la fachada el paso de instalaciones. En primer lugar, sobre el plano de fachada avanzan pilastras correspondiendo con la posición de la estructura, por las que discurren las conducciones verticales. El encuentro en esquina de estas pilastras se redondea, ofreciéndose continuidad entre planos. En las dos pilastras intermedias que se dibujan en fachada, el plano avanza simplemente hasta alinearse con las pilastras de esquina, aunque su geometría es ortogonal. Estos elementos sirven para organizar cada fachada en tres grandes paños, en los que se recorta horizontalmente una banda de hueco corrido por planta, que permite una iluminación interior eficiente, dada su posición elevada respecto a los laboratorios.
En estos huecos horizontales se integran, a mitad del paño, los soportes estructurales intermedios, que quedan convenientemente revestidos por la pieza cerámica y rehundidos para no interrumpir la horizontalidad. El mismo discurso organicista es de aplicación a la pieza vertical de escaleras y ascensores, que se asoma en su mayor altura hacia el espacio compartido del jardín del campus. Hacia él no muestra hueco alguno, y su forma queda marcada también por el encuentro curvo entre planos.
El edificio muestra hacia el exterior una gran compacidad, recurriendo a planteamientos tipológicos que resultan completamente novedosos en el campus en el momento de su construcción. Así, renuncia al establecimiento de pabellones o a la asociación con planteamientos de edificación abierta, para adoptar un modelo más compacto, articulado en torno a patios. El edificio consta de dos piezas principales simétricas, de cinco plantas de altura, de planta cuadrada de dimensiones aproximadas de 35x35 metros, que quedan unidas a través de la pieza de escaleras y ascensor, de seis plantas de altura y asomada a la fachada Sur.
Cada una de las dos piezas principales cuenta con una estructura porticada de hormigón armado, que alterna las grandes luces de 11x11m con luces convencionales de 5,5x5,5 metros según los requerimientos del programa. Esta retícula es la que permite definir en el centro de la planta de cada pieza principal un patio de dimensiones 11x11 metros, aunque por la relación que establece con los elementos de comunicación vertical y la disposición de las estancias que a él se vuelcan, ha recibido, en su uso cotidiano, un tratamiento de patio de luces. El volumen construido queda organizado a través de un corredor central, que distribuye alternativamente estancias al patio y a la fachada exterior del edificio.
Esta organización, absolutamente pragmática, es reforzada con el tratamiento de las fachadas, en las que se concentra el paso de las instalaciones necesarias para el funcionamiento del edificio, satisfaciendo en especial las demandas requeridas para los laboratorios.
El edificio se eleva sobre un basamento de un metro de altura, configurado en forma de talud revestido con cantos rodados. Sobre el basamento, se elevan las cinco plantas del edificio, cuya fachada queda revestida con piezas cerámicas vidriadas de color verde. Estas piezas, de proporción rectangular alargada, se disponen horizontalmente.
La fachada muestra en su volumetría general un juego de cambios de plano que surge como resonancia de la idea original el proyecto, de concentrar en la fachada el paso de instalaciones. En primer lugar, sobre el plano de fachada avanzan pilastras correspondiendo con la posición de la estructura, por las que discurren las conducciones verticales. El encuentro en esquina de estas pilastras se redondea, ofreciéndose continuidad entre planos. En las dos pilastras intermedias que se dibujan en fachada, el plano avanza simplemente hasta alinearse con las pilastras de esquina, aunque su geometría es ortogonal. Estos elementos sirven para organizar cada fachada en tres grandes paños, en los que se recorta horizontalmente una banda de hueco corrido por planta, que permite una iluminación interior eficiente, dada su posición elevada respecto a los laboratorios.
En estos huecos horizontales se integran, a mitad del paño, los soportes estructurales intermedios, que quedan convenientemente revestidos por la pieza cerámica y rehundidos para no interrumpir la horizontalidad. El mismo discurso organicista es de aplicación a la pieza vertical de escaleras y ascensores, que se asoma en su mayor altura hacia el espacio compartido del jardín del campus. Hacia él no muestra hueco alguno, y su forma queda marcada también por el encuentro curvo entre planos.
Parte de serie, colección o conjunto
Para poder visualizar este contenido es necesario que tenga instalada la aplicación Google Earth. Esta aplicación es totalmente gratuita y puede descargarla desde la siguiente dirección: Google Earth.
Centro
Facultad de Biología
Autor catalogación
Gonzalez Martinez, Placido
© 2012 Universidad de Sevilla.
Validado para [XHTML]. [CSS]. [WAI-AA].
Resolución óptima 1024